Editorial: EVOLUCIÓN O REVOLUCIÓN

A medida que han pasado los años en la ASE, los diferentes mecanismos de decisión no han encontrado el verdadero fin de lo que se desea lograr en una organización como la nuestra. Lo claro está es que sea quien sea el Presidente, o el Director Ejecutivo, no se contará con un proceso o un camino de lo que realmente se busca salvo que se tomen acciones diferentes y proactivas antes de que la paciencia y el tiempo se agote en algunos sectores. Esta es la diferencia que tiene nuestra ASE vs. la misma OMMS u otras asociaciones del continente, tales como México, Costa Rica, Perú, etc., las cuales luego de tantos años de definiciones, reingenierías y reestructuraciones, de arrastrar problemas internos graves, han logrado encontrar cierta respuesta del rumbo, y de la travesía que deben seguir para que la pista no se pierda en la senda.

La pregunta que surge es:

1. ¿Podemos ir evolucionando y mejorando poco a poco?; o,

2. ¿Podemos revolucionar nuestros conocimientos y metodologías y lograr mejores resultados en menos tiempo?

¿Por qué las autoridades se asustan, se niegan, ponen freno o simplemente no admiten cuando se propone una innovación o revolución de ideas para transformar sus conocimientos y mejorar sus resultados?. En los scout, el 90% de las cosas están hechas, sólo hay que aplicarlas. El 10% hay que re-descubrirlo. Personalmente insisto, hubo procesos muy buenos. Lo fácil y simple era acogerlos y lo difícil mejorarlos. Se hizo lo contrario: Lo difícil: rechazarlos y lo fácil: empeorarlos. Y no lo digo yo, los números lo dicen, la actitud lo indica. Afortunadamente en el país los scout de a poco se han ido dado cuenta de las cosas, y para ello hay que informarlos. Cosas e informes que no llegan a todos. Y también es culpa de la misma dirigencia por su falta de interés. A veces lo fácil ha sido refugiarse en sus grupos scout y “dejar que las cosas pasen”. Eso no nos enseñó BP. Él nos indicó que “dejemos el mundo en mejores condiciones de cómo lo encontramos”. Por ello, Francis Bacón tiene razón cuando dice “La ocasión hay que crearla, no esperar que llegue”.

Todo ello genera por obvias razones el concepto de “innovación o revolución de ideas”, que no es más que hacer las cosas mejor, con mejores y nuevos métodos, con más y nuevas ideas, y así obtener más grandes resultados, y en tiempos más cortos.

Ejemplos de revoluciones no faltan, sino podríamos mencionar para ello que con Charles Darwin se introduce la revolución en la Biología con el “Origen de las Especies”, en la tecnología con el Internet tenemos la revolución a través de la banca electrónica.

La palabra revolución es de uso común en el idioma y se refiere a un cambio del “status quo” donde en poco tiempo las situaciones cambian mucho. Sea una revolución desde el punto de vista político (la Revolución Francesa, Rusa, Cubana, etc.) o revoluciones de otra naturaleza como la revolución industrial, o revoluciones tecnológicas más recientes, éstas siempre se referirán a procesos que en muy corto tiempo, han cambiado dramáticamente las condiciones anteriores. La evolución, sin embargo, requiere de períodos de tiempo más largos y es un proceso que no nunca termina.

Aparte del tiempo, otra diferencia importante entre “evolución” y “revolución” es que las revoluciones de naturaleza social, o política siempre han sido cambios dirigidos hacia una idea preconcebida sobre una meta a alcanzar. Por otra parte la evolución involucra cambios que no van a una meta preestablecida. Un error común entre las personas que sólo tienen un entendimiento superficial de la evolución es “pensar que la evolución lleva a los organismos a mejorar”, por lo cual la evolución se convertirá simplemente en el resultado de la aplicación de reglas simples en el tiempo que terminan produciendo el cambio. Los cambios evolutivos se basan en la aplicación de reglas sencillas, inapelables, que producen cambios sin ninguna idea predeterminada del estado final.

Las revoluciones, por otra parte, tienen metas claras y una idea preconcebida del sistema que se quiere producir al final.

Por ello entendería entonces que la ASE sufre un largo proceso de evolución. ¿Pero qué significa aquello? Pues que probablemente esta evolución implique seguir haciendo lo mismo, a un mayor costo, y simplemente trasladando el valor social a un valor comercial?; o, que quizá implique disponer ahora de una oficina nacional scout y una oficina administrativa claramente diferenciadas, quizá no en el uso de un uniforme scout, sino en una promesa scout, la cual no tiene costo o salario.

Esta evolución, que ha implicado una reducción de la membresía, una falta de políticas y procedimientos nos lleva a pensar que las estructuras son las mismas, sólo han cambiado de dueño.

Por ejemplo, una “evolución scout” donde supuestamente el interés es el bienestar de la gente, y que termina no tomando en cuenta a perfiles importantes propios de la organización de larga trayectoria scout, contratando personal externo no scout, que no permita la participación de la gente para que “no les estorbe el camino a la fama”, estaría en conflicto con el principio de que el bienestar de la gente es importante o que trabajan por los beneficiarios. Esta es una contradicción inadmisible de valores que no cabe en un proceso de raíces profundas y que esté guiado por principios inapelables y no por metas preconcebidas. Un proceso que busque el bienestar humano, la paz y la armonía no puede ser violento, injusto o descortés. No podemos evidenciar que el sistema educativo scout se ha complementado cuando los perfiles adultos scout no llegan siquiera a tener la alternativa de ocupar cargos propios por los cuales trabajó en su Asociación. Es una gran contradicción.

Veamos el ejemplo de México, donde podemos evidenciar tres cargos claramente establecidos: un Presidente del Consejo Nacional, un Director Ejecutivo, y un Jefe Scout Nacional. Cada uno con funciones claramente establecidas. Y la ASMAC es ahora una gran organización que tuvo que sortear varios problemas internos. Hoy vemos con mucho agrado que su Jefe Scout Nacional es nombrado Director Regional de la Oficina Scout Interamericana, lo cual nos lleva a darnos cuenta que la carrera scout tiene sus planes de sucesión y que los mismos son correctos. Paradójicamente ahí no se requirió contratar personal externo. Conclusión: la OMMS cree en su gente!!!.

Por ello es que la evolución puede aplicar una serie de reglas y valores (participación, fuerza social, paz, contribución constructiva, etc.) pero no hay necesariamente una serie de pasos a tomar para llevar el sistema a un punto determinado ni se sabe cual es ese estado a donde vamos.

La revolución produce cambios que pudieran revertirse al final del proceso. Los cambios evolutivos no tienen vuelta atrás. Una vez que el cambio ocurre este no se revierte. Una vez que una especie se convierte en otra esta no regresa a ser la especie inicial. Es decir, una vez que nos convirtamos en una organización como cualquier otra, capitalista, con utilidades monetarias, casi que la costumbre no permitirá que volvamos a ser una institución preocupada del servicio, con utilidades en términos de beneficiarios y autogestión, donde el dinero que regrese sea netamente invertido en su gente. El concepto de "involución" es puramente imaginario y no ocurre en la vida real. Los peces que conquistaron la tierra y se convirtieron en anfibios nunca volverán a ser peces. Las especies derivadas de esos peces que colonizaron la tierra (anfibios, reptiles, etc.) pudieran regresar al agua pero no como peces. ¿Que cambio queremos en ASE? ¿Un cambio temporal, violento que traiga mucha inestabilidad y conflicto y que al cabo de un tiempo se puedan perder los beneficios adquiridos?, o ¿uno que sea mas estable, y que traiga un bienestar permanente a la asociación?

Otra característica importante del proceso evolutivo es que la evolución opera sobre las estructuras ya existentes y no puede contar con cosas que no existen en la población. Así, una especie de peces con aletas articuladas, fue capaz de salir a la tierra y las mismas aletas que servían para nadar se adaptaron para caminar en tierra. La evolución no inventó una estructura nueva para andar en tierra, sino que uso las estructuras que ya había para adaptarlas al nuevo mundo. Quizás hubiera sido mejor una rueda para andar en tierra pero no había una estructura anterior que la evolución pudiera cambiar para convertirla en una rueda. Esto es clave porque en una revolución scout podríamos tratar de hacer cosas nuevas sin contar con las estructuras requeridas para ellas e incluso dar un giro innovador en términos de organizaciones sin fines de lucro.

Por ende, el término “revolución” es aplicado a todo ámbito, a todo nivel, y no es tan sólo un homónimo de situaciones, al contrario, constituye un status que permite mejorar y salir de una realidad permanente o de la llamada “zona cómoda”, convirtiendo lo obsoleto en funcional, lo antiguo en nuevo, lo lento en rápido. No es como se pensaba en una situación de intereses políticos.

Al llamar, “Scouts del Siglo 21”, - que por cierto, ya van 10 años desde que empezó el nuevo siglo- , nos referimos a “evolución”, “involución” o “revolución”. Si es lo primero, ya sabemos pues los resultados por anticipado.

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